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domingo, diciembre 10, 2006

Beethoven y Marx



Capítulo Primero
Unidos por Shakespeare y la razón apasionada


Esta serie de artículos, escritos desde la pobreza intelectual de un poeta de provincia, constituyen un pequeño juego de relaciones culturales.

Encarezco que tomen su contenido, más como una provocación que como una fuente de conocimiento.

Al principio, escuhamos la Quinta Sinfonía, conocida como “La LLamada del Destino”.

Si nos concentramos en la música, podemos identificar una gran fuerza que llega hasta nuestra casa, golpeando decididamente la puerta.

La imagen de ese espectro poderoso, es uno de los múltiples puntos de conexión entre Beethoven y Marx. En este caso, el vínculo proviene de su su común admiración por Shakespeare.

En efecto, el espectro de Hamlet padre es convocado como fantasma del destino y del inevitable levantamiento del proletariado, en la Quinta Sinfonía y en la primera línea del Manifiesto Comunista, respectivamente.

El Príncipe de Dinamarca había dicho “ ¡ Mi destino me llama a voces y vuelve la fibra más tierna de mi cuerpo tan robusta como los nervios del León de Nemea!”

Marx da vida a una tesis sobre el destino de la humanidad. Como un profeta científico, anuncia y pronostica el fin del capitalismo y el florecimiento del comunismo.

Para ello, se vale de imágenes poéticas.- En el “Manifiesto” de 1848, expresa: "Un fantasma recorre Europa"... “ Al desarrollarse la gran industria, la burguesía ve tambalearse bajo sus pies las bases sobre que produce y se apropia de lo producido. Y a la par que avanza, se cava su fosa y cría a sus propios enterradores. (Otra imagen proveniente de Hamlet) Su muerte y el triunfo del proletariado son igualmente inevitables”.

La obra de Beethoven que Marx amaba con mayor fervor era la “Appassionata”, que el compositor consideraba inspirada en “La Tempestad”, de William Shakespeare. En su etapa juvenil, el filósofo llamaba al socialismo: “la razón apasionada”.



En el primer video, podemos a preciar a Von Karajan dirigiendo la Quinta Sinfonía, en registro de 1966. El el segundo, encontramos a Claudio Arrau interpretando "La Appassionata”, en el año 1967.