america116

América fue pensada libre, justa, extensa

viernes, marzo 25, 2005

la tempestad, orígenes de un proyecto

Mi acercamiento a W. Shakespeare, tiene que ver con su colección de obras completas, que llegó a mis manos, por la vía de mi tía C. quien la robó de una biblioteca.

Este origen irregular, lo considero ya, un importante sincronismo.

Tiempo después, por ambición de mitigar mi ignorancia, comencé a leer los autores clásicos: Goethe, Dante, Proust y, of course, Shakespeare.

Hamlet, me encantó y de allí comencé a profundizar su repertorio: Macbeth, Rey Lear, Otelo, Tito Andrónico, Ricardo III, El Mercader de Venecia, bajo la interesante modalidad de combinarlo con la docencia de Delfines.

Se cree que La Tempestad es la obra que cierra los trabajos de Shakespeare o del colectivo de personas de todos los géneros que firmaron bajo ese "seudónimo".

La Tempestad, contiene explícitas referencias a la alquimia y a la relación realidad_apariencia; actor-autor.... por lo que resulta muy atrayente indagar en sus secretos y mensejaes encerrados.

La obra, contiene también un ideario ético y político de tolerancia, libertad y utopía.... y una clara alusión a nuestra América como campo de la democracia.

Con todos esos antecedentes, fluyó con facilidad en mi mente, la idea de crear un taller basado en la tempestad y, propiciatoriamente, desarrollar los temas de la tempestad en nuestra Bahía.

Últimamente, dos nuevos sincronismos reimpulsaron mi cometido: Observar una entrevista al Donald Shuterland en que deja testimonio de su devoción por La Tempestad; que le llevó a dedicarle varios años de su trabajo en presentaciones por los pueblos de Inglaterra, como forma de contribuir al desarrollo social de la comunidad.

El último sincronismo es el próximo estreno de "La Tempestad" en Santiago, bajo la dirección de Héctor Noguera, que, además, seguramente representará a Próspero.

Para comenzar a interesarlos, les presento una síntesis de la obra:

Próspero, un mago habita una isla junto a su hija Miranda, Ariel, un epíritu justo y Calibán, el cruel hijo de una bruja.

Próspero, vive desterrado, fue un Duque al que su hermano le arrebató la corona Típico lío de hermos en Sahakespeare (Hamlet, Ricardo III, Rey Lear, etc).

Mediante su magia, Próspero, desata una tempestad que trae hasta su isla a quienes le traicionaron.

Sin embargo, en vez de matarlos, tiene misericordia y resuelve los problemas mediante el perdón y el amor que se concretan en la boda del hijo de su enemigo con su propia hija.

También se desarrollan como temas:

El destino de muerte que pesa sobre los hombres libres en un estado tiránico;

El desinterés como camino y requisito del perfeccionamiento;

El rol de las artes como expresión de la realidad y motor de su cambio (por medio de la denuncia y la seducción);

El conflicto entre la política y la sabiduría.

El rescate de la sabiduría antigua por el Renacimiento.

La importancia de soñar con un mundo mejor, como punto de partida para la construcción de una sociedad más justa: "este mundo está tejido de sueños".

El cierre en clave del ciclo de obras de Sahakespeare y la explicación de su sentido.

Un abrazo.

Helena Pimenta, acercamiento a la tempestad

Helena Pimenta
“Ahora en el teatro veo entusiasmo, ganas y calidad”


Está considerada como una de las mejores “servidoras” de Shakespeare en nuestro idioma, así que se ha atrevido con uno de sus títulos menos frecuentados: La Tempestad, que presenta los días 23 y 24 de septiembre en el Festival de Teatro de Palencia. Además, Helena Pimenta será también uno de los apoyos del nuevo director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico.


La Tempestad es el cuarto montaje de Shakespeare que Helena Pimenta dirige con su compañía Ur Teatro (Sueño de una noche de verano, Romeo y Julieta y Trabajos de amor perdidos), pero son más de media docena los que ha hecho a lo largo de su carrera (Xespir, que incluía cuatro obras, y La comedia de los errores, para el Teatro Nacional de Cataluña). Instalada en Madrid desde hace dos años procedente del País Vasco, la directora ha recibido en este tiempo encargos (Luces de bohemia, Sonámbulos...) que le han servido para internarse en otros territorios dramáticos y asentar a su compañía; pero recuerda que Shakespeare es la marca de Ur, a pesar de lo arriesgado que es para una productora independiente levantar espectáculos con elencos numerosos (como dato, ésta tiene once actores, entre los que figuran Ramón Barea, Alex Angulo, Pepe Viyuela, Vicente Díez, Jacobo Dicenta...): “Shakespeare es nuestro punto fuerte”, dice Pimenta, “hemos aprendido el oficio y la compañía tiene un mercado más o menos asentado. Pero nuestro objetivo es lo artístico, por lo que nuestro apoyo está en nuestro lenguaje y en lo que nos apasiona. Por otro lado, hemos trabajado, tanto en la compañía como en otras estructuras, con actores con los que ya tenemos un lenguaje común. Así que ¿quién mejor que nosotros va a poder hacer a Shakespeare? Es nuestra vocación. No se trata de hacer dinero, sino de alcanzar un nivel digno artístico y laboral”.

–¿Cómo explica la gran afluencia de obras de Shakespeare durante esta temporada (Macbeth, Hamlet...)?
–En varios casos, por lo que he leído, eran cuentas pendientes con el autor desde hace años. Pero creo que está empezando a surgir un deseo de equilibrar el mercado con productos de calidad. Ahora hay un nivel de actores, de escenógrafos, de iluminadores, muy bueno y toca ponerlo en juego en trabajos de calidad, de forma que les merezca la pena como reto personal y profesional. Creo que hay mucho entusiasmo, ganas y calidad. Yo, al menos, tengo mucha ilusión.

–Y el espectador ¿está también preparado para asimilar este tipo de obras?
–Sí, pero también es esa nuestra responsabilidad: provocar esta aceptación, yo al menos así lo vivo porque creo que estar en el teatro es un privilegio, una oportunidad única. Ahora hay un nivel cultural en España importante, y si el espectador ve un buen trabajo, hecho con rigor, lo va a entender perfectamente. ¿Por qué vamos a dar por hecho que el público no va a entender los textos más difíciles?

Obra de madurez
–¿Por qué La Tempestad? Ha sido poco frecuentada, creo que la versión más reciente la hizo Bieito.
–Yo no la he visto nunca. Después de Sueño de una noche de verano, en 1992, me planteé hacerla, quizá porque ambas son muy fantásticas. Pero, afortunadamente, me di cuenta de que no estaba preparada para entenderla. Mi energía era más juvenil y una obra como La Tempestad es la reflexión de toda una vida, requiere aprender ciertos aspectos de la madurez del ser humano. Ahora han pasado doce años y creo que he aprendido cosas que entonces no sabía. Y luego, es un reto.

–¿En qué sentido?
–Primero, porque como ha dicho, no es una obra frecuentada, es difícil de montar; luego, tiene aspectos de la temática que los encontraba muy asociados al mundo de hoy: el tema de la apariencia y la realidad que está en la obra desde el principio es un asunto muy de nuestros días en los que nos reconocemos más en lo virtual que en lo real. Por otro lado, cuando Shakespeare la escribió se planteaba ya la destrucción de la Naturaleza, incluso de la humana, también un tema muy actual. Por último, me dejó fascinada la teatralidad del texto: en una isla concentra un complot para usurpar el poder, las actuaciones grotescas de los tres cómicos, lo lírico de Romeo y Julieta, lo mitológico... Es una visión de síntesis muy brutal, cómo entra y sale en cada uno de estos asuntos. Es la obra más sorprendente de Shakespeare.

–Cuando habla de la destrucción de la Naturaleza, ¿lo dice desde un punto de vista ecologista?
–No. Lo que digo es que hoy la búsqueda de la felicidad se hace cada vez más antinatural, tenemos la tendencia a deshumanizarlo todo, a ambicionar una felicidad abstracta, a no entender los sentimientos más humanos, de forma que nos creemos más la realidad virtual de lo que deseamos ser que la que vivimos.

–¿Y no le parece sorprendente la idea del mal que tiene Shakespeare? ¿No cree que distorsiona con la que hoy se tiene en nuestra sociedad? Él viene a decirnos que el mal existe en la naturaleza humana, no tiene una explicación sociológica como hoy le damos.
–Sí, ha sido también un descubrimiento para mi. Yo creo que le damos explicaciones sociológicas, psicologistas o siempre hay algo, una razón educativa, que lo explique. Pero ahí tenemos a Calibán.

La encarnación del Mal
–Calibán es la encarnación del mal, un personaje hijo de una bruja, “un diablo por su nacimiento, sobre cuya naturaleza nada puede obrar la educación”, dice Próspero.
–Si, nos cuesta aceptar la existencia del mal como parte de nuestra naturaleza. Frente a ese ideal del buen salvaje, creo que es aceptar mucho de las limitaciones humanas. Y este aspecto no lo entendía cuando hice Sueño de una noche... mi visión del mundo era más ingenua, por carácter, por edad, y de repente hay que aceptar que no te quiere todo el mundo. El mal existe y es una justificación vanidosa de nuestro tiempo decir lo contrario. ¡Estamos tentados a vernos tan buenos que nos cuesta creer que tenemos sentimientos oscuros!.

–Pero la receta de Shakespeare, al menos en esta obra, es perdonar.
– Se ha venido haciendo una interpretación cristiana de la obra. Nosotros hacemos una interpretación moral, pero la gran pregunra de esta obra es cómo la cierras: a Próspero lo han encerrado en la isla y acaba perdonando a los que lo hicieron. Pero le cuesta perdonar, da gritos de dolor cuando tiene que hacerlo. Toda la obra gira en torno al perdón de Próspero.

–Próspero es un gran personaje: nigromante al que usurpan su ducado por estar siempre enfrascado en sus libros. ¿Cómo es el Próspero que interpreta Barea?
–Shakespeare era conocedor del mundo mágico y en aquel momento había un debate entre la ciencia y la magia que él gustaba de parodiar. Este Próspero tiene que ver con este debate. De una forma muy estilizada hemos situado la obra en el siglo XX; no nos interesaba tanto presentar un mago como una persona que se cree poseedor de la verdad, e incluso un poco inmortal, pues cree que la verdad la va a descubrir estudiando. Él pretende ser conciencia de nosotros y lo que le ocurre es que acaba recuperando su propia conciencia. Su sentido de la libertad pasa por aceptar lo que somos: limitados, con sentimientos oscurísimos... Y, en ese sentido, es una obra que habla de la libertad.

–Usted va a ser una de las personas en las que se va a apoyar el nuevo director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, Eduardo Vasco. ¿Qué le ha encargado?
–Todavía no puedo adelantar nada porque estoy en conversaciones para hacer un espectáculo que se estrenaría en enero del próximo año. Estamos pensando en una obra rara, casi de disidencia para la época. Uno de los objetivos de Vasco es que la Compañía rescate textos nuevos que el público desconoce.

–Y ¿después?
–Un ambicioso proyecto de volver a Shakespeare para montar Coriolano, en Salamanca, la ciudad en la que nací. En el 2005 se celebran los 250 años de la construcción de la Plaza Mayor y me han encargado un espectáculo cuya escenografía sea esta hermosa plaza.


Liz PERALES

Entrevista a Álex Ángulo, que hace de "Esteban" en La Tempestad que actualmente se monta en España.

Estreno
«Me siento niño y aprendiz»
Tras una década alejado de los escenarios, el actor vasco Álex Angulo regresa al teatro con una obra de William Shakespeare



LA TEMPESTAD.- Días: Del 24 de febrero al 3 de abril de 2005. Lugar: Teatro Albéniz (Paz, 11). Horas: Martes, a las 18.00 horas; de miércoles a viernes a las 20.30 horas; sábado a las 19.00 y a las 22.30 horas; domingo a las 19.00 horas. Precio: De 10 a 22 euros. Venta de entradas: En taquilla y en www.teatroentradas.com (902 488 488). Intérpretes: Álex Angulo, Ramón Barea y Jorge Basanta, entre otros.


Rafael Esteban

Entrevista a AAlex Angulo

Una obra de Shakespeare devuelve a los escenarios a Álex Angulo (Erandio, Vizcaya, 1953) tras casi una década alejado del teatro por sus trabajos en cine y, sobre todo, en televisión.
En su regreso, interpreta al Esteban de 'La tempestad', título con el que Helena Pimenta retoma al dramaturgo inglés, del que es una auténtica especialista, tras su paso por Valle-Inclán y Cervantes. Curiosamente, Angulo comparte reparto con Ramón Barea, el director de la compañía donde empezó su andadura teatral en Bilbao en los años 70 del siglo pasado.

PREGUNTA.- La directora dice que 'La tempestad' es el testamento escénico y vital de Shakespeare, ¿está de acuerdo?

RESPUESTA.- Pienso, como Helena Pimenta, que 'La tempestad' es una especie de testamento o de índice final. Yo creo que Shakespeare da un repaso a todos los temas que ha tratado antes, pero con una particularidad, que me parece muy madura, de la que no había hablado en otras obras, y que es el perdón. Tratado de una manera muy interesante, ya que lo hace como respuesta humana, racional, a la misma vida. Hay un perdón, no cristiano porque Dios lo manda, sino un perdón humano, porque es razonable. Y otra de las cosas que me parece de madurez es que no hay sangre. Si en 'Macbeth' o 'Ricardo III' hay muerte, sangre a mansalva, aquí no la hay, no necesita apabullar, deja marchar su ingenio por un río tranquilo. A veces da la impresión de que 'La tempestad' es una especie de 'collage' por el que pasa todo lo que Shakespeare ha abrazado anteriormente.

P.- ¿Cuáles son esos temas?

R.- Venganza, ambición, poder, amor, odio, esclavitud, sumisión. Es un repaso, en el fondo, a su vida, porque yo no sé si ésta no fue más que el teatro. Pero tampoco puedo hablar muy profundamente, es mi estreno con Shakespeare. Me siento haciendo mis primeros dictados, un poco niño y aprendiz. Por eso me da pudor opinar sobre si es la mejor obra o un compendio. En 'La tempestad' he encontrado a una persona muy interesante que no cuenta batallitas, sino que habla de lo más profundo del ser humano, que son las mismas cosas en 1600 que ahora. En fin, de la condición humana.

P.- ¿Estamos ante un Shakespeare desencantado, que ve, desde el final de la batalla, que todo sigue igual?

R.- Ve a lo lejos todas las cosas por las que ha pasado y procura no dar relevancia a lo que no la tiene, sino a lo importante, que es vivir. O, por lo menos, verlo desde una postura no excesiva. Lo que te da la madurez es un poco de distancia para ver las cosas, para no cometer los mismos errores. La juventud tiene la sangre hirviente, quiere más el aquí y el ahora, todo o nada. Cuando eres mayor no te importa tanto la inmediatez de las cosas, lo que no quiere decir que no te lo tomes en serio.

P.- Helena Pimenta se toma muy en serio a Shakespeare.

R.- Empezar con Shakespeare de la mano de una persona como Helena, con lo que intenta decir y comprender, es un regalo. Creo que ella ha querido dar importancia a la palabra y a los actores. Ha tratado de desprenderse de la artificiosidad, de una escenografía apabullante y ha dejado un escenario limpio. Ha sido muy sintética.

P.- Su aventura teatral empezó con el teatro universitario...

R.- No, empecé con el teatro independiente. Un día la compañía de José Ramón Barea necesitaba actores, hizo un 'casting' y ahí aparecí yo. Hacíamos comedia, admirábamos a Tábano, a Els Joglars, a toda esta gente. Éramos autodidactas de periferia, un grupo militante en todos los aspectos, del teatro y de la vida, que se sentía protagonista de la historia del teatro, porque la estábamos haciendo. Ahora me considero actor profesional, pero desde una postura más serena. Esto, además de una vocación, es una profesión, en la que lo que más importa son los textos y la palabra.

P.- ¿Y cómo ve el teatro actual?

R.- Diferente de cuando empezamos, pero tampoco puedo hablar de su situación. He estado un poco desligado en estos últimos años, pero he tenido una temporada en la que odiaba el teatro, me aburría lo que se hacía. Me parecía sin vida, con unos petardos de actores contando historias que aburrían al personal con nuestras batallitas de seudovanguardia, pero igual era la etapa que teníamos que vivir. El teatro es como volver a casa, te pone en tu sitio.

la receta del cebiche para la fiesta

Inspirado en "El Mar y la Mesa" del Compadre Guisao, el mejor texto peruano de comida marina.
(seis personas)
Limpieza y Preparación de la corvina

Corvina es un decir.

También se puede usar congrio, chita, mero, lenguado, pargo, huachinango o cualquier pescado noble de carne blanca, ni demasiado tierna como la merluza ni demasiado fibrosa como el pez espada

Consiga un kilo (dos libras) de filetes de corvina, limpios, sin piel y sin espinas. Muy fresca, de preferencia nunca antes congelada.
Lávelos en dos o tres aguas con mucha sal. Use agua muy fría.
Deles una última lavada en agua sin sal. Séquelos cuidadosamente.
El propósito de estos lavados es que el pescado quede libre de esa leve capa gelatinosa que se siente al tacto.





Ingredientes:
1 kilo (2 libras)
de filete de corvina
(Puede usarse otros
pescados blancos)

20 a 30 limones

Una cebolla roja grande
o dos medianas

Ají verde
o chile güero
o ají molido
o salsa picante

3 camotes
(batatas, yam)

Tres choclos
(elotes)

Un ramo de perejil
(opcional)

Sal

Pimienta blanca

Tiempo
de
Preparación:

Media hora

Reposo:

2 a 3 horas

Dificultad:

Sencillo, pero cuidadoso

Corte con mano de cirujano.
Tal como en el sushi o el sashimi, la calidad del corte del pescado es fundamental para obtener un gran cebiche. Aquí algunos consejos:

Use un cuchillo muy filudo, de hoja tradicional. Jamás, nunca, never in the life se le ocurra pensar siquiera en un cuchillo con filo de serrucho.
Ponga el pescado sobre una tabla de picar. Haga primero un corte (o dos) a lo largo, para obtener tiras de corvina, del ancho de sus bocados de cebiche.
Corte los trozos de pescado con la hoja del cuchillo en ángulo de 45 grados. Una medida ideal debería ser una pulgada, por media, por un cuarto o aproximadamente tres por dos por medio centímetro.
Cuando tenga suficientes trozos de pescado cortado como para llenar un piso del recipiente que va a usar para cocer su cebiche en limón, interrumpa la operación corte y empiece a ordenar el pescado en la fuente.
Esparza y sazone su pescado con cariño.
El cebiche se prepara en fuentes (charolas, bandejas) más chatas y extendidas que profundas. Pueden ser de Pyrex o de cerámica vidriada o hasta de fierro enlozado. No use nunca de metal al descubierto, así sea de acero inoxidable.

Antes de depositar el pescado, corte uno o dos limones y exprímalos sobre la fuente. Trate de que el jugo cubra toda la superficie.
Coloque el pescado cortado en la bandeja. Tenga paciencia. Hágalo pedacito por pedacito.
Coloóquelo echado, no parado ni sentado, con la superficie más grande hacia la fuente.
Cubra cuidadosamente toda la superficie de la fuente, pero deje que su pescado repire cómodo.
Una vez que tiene cubierta la fuente con los trozos de pescado, sazónelo con sal. El pescado viene del mar y le gusta que lo salen bien. No se pase, pero tampoco sea tímido. Acuérdese cuánta sal puso, la próxima vez podrá corregirse.
Espolvorée pimienta blanca. No mucha, sólo para ayudar al sabor.
Corte y exprima sus limones directamente sobre el pescado.
Use limones muy jugosos.
Exprímalos con la mano, no con exprimidores metálicos.
Exprima sólo lo que buenamente pueda. Usted quiere el ácido del limón, no lo amargo de la cáscara.
Esparza bien el jugo para que toque todos sus trozos de pescado. No es necesario cubrirlos del todo.
Vuelva ahora a su pescado, siga cortando, y coloque un segundo piso a su fuente. (Si necesita un tercer piso, es que su fuente está quedándole chica. )
Repita la operación sal, pimienta y limón
¡Deje quieto a su pescado! No me lo vaya a revolver.
cebolla y ají.
Ya su pescado está reposando en limón, sal y pimienta. Tómese un momento de descanso, con su cervecita o una copa de vino, limpie bien su tabla de picar, pásele un trapo a la mesa, lave y seque sus cuchillos, y prepárese para la última etapa: ají y cebolla.

Primero el Ají:
Si tiene ají verde peruano (conocido paradójicamente por su color naranja) o el chile de su preferencia, córtelo en tiras, elimine los nervios, sáaquele las semillas, y deposítelo sobre el pescado, con la cara picante hacia abajo.
¿Cuanto ají? Depende del coraje de sus papilas gustativas. Pero que el cebiche pica, pica.
Si tiene ají molido, espárzalo sobre el pescado, y si usa alguna salsa líquida, éste es el momento de ponerla.
La hora de la cebolla
Consiga una cebolla grande o dos medianas. cebolla roja (morada o paiteña), por favor.
Sáquele las capas secas.
Ayudándose con un cuchillo, saque la primera capa fresca y deséchela.
Ahora corte la cebolla a la pluma, lo más finito que pueda.
Esparza la cebolla sobre el pescado, cuidando de que todos los pedazos estén bien separados.
Repita sobre la cebolla y el ají la misma ceremonia de la sal , la pimienta y el limón que celebró sobre sus dos o tres capas de pescado. Con esta tercera vuelta seguramente ya todo el pescado estará cubierto de limón.
Culmine la preparación exprimiento directamente sobre el pescado una naranja de jugo o, si tiene la suerte de conseguirla, una naranja agria. Si quiere darle color, esparza perejil picado muy menudo.
La hora de la paciencia.
Tome la fuente con mano firme. Balancéela con cuidado, para que el jugo de limón se deslice por todos los intersticios del pescado, recoja los sabores del ají y la cebolla, se combine con la sal y la pimienta empiece la transmutación de unos pocos ingredientes terrenos en un plato celestial.


Deje reposar a su cebiche. ¿Cuánto? Depende del pescado, la calidad del limón, la temperatura ambiente y su grado de impaciencia. Calcule entre una y tres horas.
De cuando en cuando, balancée la fuente con cariño para que todos los jugos sigan uniéndose.
Usted sabrá que está listo cuando saque un pedacito, vea que tiene un hemoso color blanco, no transparente ni rosado, lo muerda y sienta la textura del pescado cocido.
¿Y ahora con qué lo sirvo?
Como este es un cebiche a la peruana, sírvalo a la peruana.

Coloque en platos medianos, frescas hojas de lechuga.
Sobre la lechuga, transfiera el pescado y la cebolla, con un cucharón perforado para no trasladar el jugo de limón.
Coloque en el plato un trozo de camote (yam, batata dulce, batata) hervido y a temperatura ambiente y uno o dos trozos de choclo (elote, maiz, corn-on-the-cob) cocido con un poco de azúcar y anis.
El jugo del cebiche puede tomarlo como aperitivo. Hay quienes lo conocen como Leche de Pantera.
¡Buen Provecho!

síntesis de la primera sesión del 2005

La reunión del jueves 24 estuvo presidida por Caro, nuestra Maestra de Artes, en la Ayudantía, estuvo Modotti, en la Secretaría PT, Iván, Maestra de Ceremonias, Panchita, Maestro de Caja, Melquiades, Diotima ofició de Maestra de Banquetes.

El visitante, Iván, presentó una performance de sombras.

Exusas: Pía en el Psicólogo, Nati, de paseo con su familia, Soledad en Santiago.

En labores, progamamos el ingreso de nuevos americanos, para fecha próxima y programamos los trabajos.

El trabajo de la noche, estuvo a cargom de Modotti y versó sobre la realidad actual de la mujer.

Se programó la próxima reunión blanca para el 19 de mayo, ocasión en la que procuraremos recaudar fondos.

Carito pagómil al tesoro y Melq 10.000, entregados a Waldo para "gas".

El vino de los trovadores y saco de la solidaridad corrió entre los queridos hermanos.

El aniversario lo celebrtaremos la madrugada del tres de abril.

El próximo trabajo está a cargo de Panchita, el 7 de abril, fecha en que debemos llegar con todos los informes pendientes.

El ágape fue breve.

Queridos Hermanos, pensé en crear este blog americano, para registrar nuestros trabajos, imágenes y sueños.

Como el tres de abril es nuestro primer aniversario, será una buena ocasión para el lanzamiento de nuestro cuaderno, con las fotos de nuestros trovadores brindando y jugando en el ritual de los besos.

Una antigua llama nos mantiene unidos.

Muchos abrazos.